Cuando te enfrentas a un reto tan serio y apasionante como este de escribir un libro, imagino que siempre hay a quien estar agradecido. En mi caso es así. 

En primer lugar, quiero dedicar una parte muy importante de este agradecimiento a mis hijos. También a mi familia y a todas las personas que han formado o forman parte de mi vida, porque de todas he aprendido algo que me ha servido en algún momento. Y por supuesto a mis lectores, porque sin ellos esto no hubiera sido posible. Por todo, gracias, gracias, gracias, a todos y cada uno de vosotros.

Cómo no, un cariñoso recuerdo para Miriam, a la que tuve el gusto de conocer hace mucho tiempo. Gracias por sus valiosos datos y por la disposición que mostró en todo momento para colaborar conmigo en este proyecto. Y un fuerte abrazo para Ariane, a la que conocí después de la anterior y también ha aportado parte de sus amplios conocimientos a esta historia. 

Como no podía ser de otra manera, mi más sincero agradecimiento a mi querido amigo Rafael Moya, afamado escritor cordobés y promotor incansable de numerosos eventos culturales, por la buena actitud y el compromiso que ha demostrado en todo momento hacia mí. A José Manuel Morales Gajete, reconocido escritor cordobés, colaborador de prensa, radio y televisión (programa Cuarto Milenio) y director y presentador del programa Córdoba Misteriosa, por su disposición al solicitarle el prólogo para mi segundo libro. No podía pasar por alto a quienes colaboraron en la publicidad y venta de mi primer libro, así como a los medios de comunicación que me dieron la oportunidad de hablar sobre él en antena. Y por supuesto, muy agradecido a ediciones Algorfa por confiar en este segundo trabajo.

Quiero expresar mi más sincera gratitud hacia Dios, Jesús y El Abuelo por todo lo que me han aportado en esta vida. También, a todas las personas que tienen la capacidad de amar de verdad, porque gracias a ellas el mundo puede ir cada día un poco mejor.

GRACIAS A TÍ